miércoles, 5 de junio de 2013

Botellona vikinga


A todo el mundo le gustan los vikingos... Bueno, a todo el mundo no, porque hay por ahí gente lela que se pone pinocha aprendiéndose los nombres, las funciones y los principales cargos de las instituciones del Imperio romano, del egipcio, del asirio, del califato de Bagdad, de la China Qin o de la Iglesia de Roma (en este último caso, si viviéramos en el mundo de Minority Report, yo mismo me presentaría voluntario para arrestar al fenómeno o a la fenómena, porque seguro que en algún momento de su vida cometería horribles asesinatos). Estos seres subhumanos, que luego acabarán como funcionarios, abogados, jueces, registradores de la propiedad, notarios, etc., en resumen, como los dueños de nuestras miserables existencias (porque tarde o temprano tendremos que encontrarnos con alguno de ellos y padeceremos); nunca esbozaron una dulce sonrisa de placer ante un casco con cuernos, la esbelta silueta de un drakar, un hacha danesa o la visión de una aldea saqueada en llamas, personas evisceradas, mujeres violadas y niños esclavizados.

Lindisfarne, Northumbria, junio de 793, después del primer raid vikingo testimoniado en las Islas Británicas.

–No, oiga, a mí esto último no me mola. Además, está haciendo referencia a un tópico manido, creado por la historiografía cristiana, alimentado por la Ilustración y perpetuado por los estudiosos más reaccionarios y afectos al sistema. Las nuevas corrientes en la investigación de humanidades abogan por considerar a las migraciones de pueblos germano-bálticos como un flujo de personas que, si bien en algún momento inicial pudo generar tensiones y derivar en conflictos incluso armados, a medio y largo plazo supuso un proceso mucho mejor engranado de establecimiento de relaciones a nivel sociocultural y sincrético-religioso, que no pudo sino contribuir al enriquecimiento del substrato humano paneuropeo...

Sí, claro, y una polla.

Los vikingos eran unos mierdas. No, no eran unos canis. Para ser cani uno debe de haber nacido en un lugar de este planeta donde existan, al menos, dos estaciones claramente diferenciadas. Y esta peña provenía de lugares donde hay nueve meses de crudelísimo invierno y, despúes, tres de frío, nieve, alcohol, depresión y suicidio. Solamente unos tipos que arrastraran una existencia tan miserable podrían inventarse algo como el Valhalla, el Paraíso vikingo, donde vas a pasarte el resto de la eternidad bebiendo, luchando y follando... ¡Ay, qué penita de europeos septentrionales! ¿Tenéis que esperar a moriros para aspirar a semejantes goces? Los mediterráneos ya lo disfrutamos en vida. Y luego al fenecer, si hemos sido buenos, habremos aprobado las oposiciones a funcionario en alguno de los ministerios que San Pedro tiene montados por allí arriba, o incluso de asesores, que es lo más, y descansaremos de tanto ajetreo, y si hemos sido malos entonces conseguiremos un contrato de trabajo indefinido en alguno de vuestros países... digoooo, iremos al Infierno.

Además, los canis se rigen por un código de honor, la mayoría de las veces abstruso y despreciable, que respetan aunque les vaya la vida en ello; los vikingos, por su parte, inventaron la socialdemocracia... Por eso los gitanos se reúnen alrededor de la tumba de uno de los suyos, rememorando al guerrero allí enterrado, y los escandinavos compran vodka estonio, un billete de avión barato y se vienen a Mallorca a dar porculo, emulando un comportamiento que, en sus respectivas democracias, sería constitutivo de delito castigado con la pena de muerte si no la hubieran abolido tras haber agotado el cupo de apiolamientos que todo pueblo tiene asignado por Dios. Porque no valen ni para macarras. Y a los hechos nos remitimos: los únicos lugares que pudieron controlar hasta la consecución de un estado territorial organizado fueron Normandía, las islas británicas y Ucrania; motivo por el cual franceses, británicos y ucranianos, nos caen tan mal. En los dos primeros casos porque son feos y estirados. En el de los ucranianos, porque no son rusos de verdad sino unos malos imitadores; el mismo motivo por el que los orcos de Mordor nos parecen guays y los de Saruman una chusma ciclada, pagada con dinero de la C.I.A.

Los vikingos, según la historiografía tradicional (izq.) y según las nuevas corrientes de pensamiento buerrollista (dcha.). Como pueden comprobar, ambas coinciden en la presencia de cuernos en sus cabezas, por algo será...

Entonces, ¿por qué gustan tanto los vikingos? Bueno, en el caso del imaginario colectivo femenino, Páramon Jístori posee una teoría original que no va a explicar aquí porque desea seguir conservando a sus lectoras –si es que tiene alguna–; en el caso del resto del género humano por pura y simple decadencia moral e intelectual. Al igual que la idea que tienen ustedes de un caballero distinguido es la de Guardiola, Florentino Pérez o Emilio Botín, y la de una dama ejemplar a Carmen Lomana, la Duquesa de Alba o la Infanta Cristina; del mismo modo se ríen como garrulos cuando una bestia salvaje sin duchar y sin pelar, entra de noche en un pueblo o en un monasterio y provoca una matanza: porque ustedes se identifican con ese animal, creyendo encontrarse seguros en el vértice de la cadena alimentaria... ¡Ja! ¡Ilusos! ¿Sabe usted manejar un arma de fuego o un arma blanca? ¿Estaría dispuesto a utilizarlas arbitrariamente contra un semejante desarmado e indefenso? En caso de haber contestado negativamente a alguna de las dos cuestiones, lamentamos informarle de que es usted uno de los que dormía plácidamente en un jergón de paja húmeda cuando notó que sus esfínteres se dilataban por la fuerza.

¡Ahí está el tío! ¡En la cima de la evolución humana!

–Bueno, oiga, pero por lo menos reconocerá que los vikingos eran unos guerreros fieros y bien adiestrados en el arte de la guerra.

¡Un mojón! Los idolatrados piratas escandinavos se comportaban como unas ratas traicioneras, atacando a gente indefensa, robando lo poco que tenían para salir quemando ruedas antes de que llegara la benemérita. ¿Acaso admira usted a los albano-kosovares que asaltan una vivienda por la noche, repartiendo hostias como quien reparte flyers a la puerta de un bar de copas, para llevarse el plasma, las joyas y todo el dinero B que el honrado empresario hispano atesora en su caja fuerte? Los vikingos se han ganado fama de diestros luchadores porque los frikis recreacionistas tienen que justificar de alguna manera ante sus familias el vestirse de gilipollas cada cierto tiempo, pasando penalidades en una tienda de campaña que no es precisamente del Decathlon y con menos higiene que una herida en el ojete. También porque estos salvajes asesinaban a las pobres gentes para meter miedo, motivo por el cual usted siempre deja colarse en el súper a todo eslavo que vea, porque todos sabemos que esta peña, antes de venir a España, eran de las fuerzas especiales o del K.G.B. (obsérvese que he logrado meter a las dos agencias de espionaje más famosas, juntas, en un artículo dedicado a los vikingos...; todavía dudo si mi madre parió a un genio o a un enfermo peligroso).

Si te los encuentras en el LIDL, déjales pasar siempre. Una señora de Vicálvaro no lo hizo y, desde entonces, ningún repartidor le sube la bombona a casa...

–Bueno, sí, vale; pero su objetivo final era el de instalarse en un lugar mejor, con su familia y acabar trabajando la tierra pacíficamente, lo cual resultó beneficioso para los habitantes de la zona.

Ya... En fin, pues pregunte usted por la periferia de Madrid y Barcelona, pregunte... Se sorprenderá de que alguno incluso habría preferido que las pateras se limitasen a asolar las costas del Estrecho, llevándose de vuelta como esclavos para sus tierras a los perropastas y gafaflautas (ambas palabras tienen mi copyright, cuidaíto) xenofílicos que tanto alaban la multiculturalidad, a cortijeros, capillitas y rocieros variados, a los propietarios de los coches tuneados con sus respectivos vehículos, a un buen puñado de chonis escandalosas y a todos los concejales de urbanismo de los municipios playeros de Huelva, Cádiz y Málaga...

Da igual todo lo que queramos explicar aquí; para tu abuela estos son los auténticos vikingos...

Desengáñense de una vez por todas damas y caballeros, que Páramon Jístori está aquí para ayudarles. Para ello, tomemos como ejemplo las peripecias de estos queridos nórdicos por la Península Ibérica.

El primer viaje low-cost de Viking Air hacia la Península está documentado en el año 844 y fue un auténtico tour de force etílico y parrandero. Las criaturitas del norte tuvieron que venir en barco, ya que, después de lo del 11-S, montarla en un aeropuerto se había convertido en una cosa muy chunga. En aquella época Volvo y Saab manufacturaban más de una docena de drakares al día, por lo que el currito vikingo de clase media-baja, podía costearse los saqueos de fin de semana con la parienta, los niños, el cuñado plasta y la suegra berserker. Y como la costa occidental de Europa ya estaba masificada de turistas suecas en bikini y moteros barrigones, la expedición organizada por la Hermandad de Nuestra Señora Freya y Nuestro Padre Odín de Oslo, la Real Asociación de Incursores y Damas Saqueadoras (RAIDS en sus siglas rúnicas originales) y el sindicato de carpinteros de ribera, patrocinados por cervezas Kryss av feltet, terminó por recalar en pleno mes de agosto a las tres de la tarde, en las costas de Galicia.
 
Kryss av feltet, orgulloso patrocinador de la Selección Noruega de Asaltantes y Piratas Vikingos.
Que nunca falte en tus bodegas...

La tragedia estaba servida porque a los noruegos, con tanto trajín por encontrar un sitio tranquilo con chiringuitos decentes y camareros que no les cantase el alerón por soleares, después de haber desayunado tarde y mal en Gijón, se les había pasado la hora del almuerzo (bueno y casi de la cena, que estos tíos del norte son muy mijitas con los horarios). Iban con la boca seca, el casco recalentao y más rojos que carabineros. De modo que el jefe de la expedición, un tal Ragnar Rodriguesson, a la tercera vez que la parienta le dijo “¿ves dónde acabamos con tu puta manía de no preguntar el camino?”, acompañado por el torpedeo moral de su señora madre política que remachaba con “300 euros en el GPS y se lo deja en Oslo. Mi Snorri, que Thor tenga en el Valhalla, con la Guía Campsa nos llevaba a todos sitios en el Seíta”, y el archiconocido mantra “papá, ¿falta mucho para empezar a matar?”; aparcó el drakar en doble fila, puso pie en tierra y se fue al primer bar que encontró abierto en la Ría de Arosa.

A los gallegos, el primer avistamiento OVNI de su historia les pillaba iniciando el almuerzo, por lo que las prisas de los guiris que querían que les atendieran los primeros, les sentó fatal. Aquellos tíos armados hasta los dientes, con sandalias y calcetines, con más peste que una abubilla y menos modales que un tertuliano de Telecinco, se pusieron los primeros en la terracita, arrasaron –literalmente– con el lacón con grelos y el pulpo a feira, se pimplaron barriles y más barriles de Estrella de Galicia y esquilmaron el ribeiro de la bodega. Todo ello sin pagar y, sobre todo, sin dar las gracias, que ya sabemos todos que los europeos del norte son muy educaditos en sus países pero luego llegan a Resort España y hacen lo que les sale de los huevos. La mayoría de parroquianos tomó las de Villadiego cuando los vikingos, en un alarde de solidaridad intercomunitaria, comenzaron a ofrecer minijobs y a llevarse licenciados por la cara; algo que supuso el inicio del fin de la aventura noroccidental de los energúmenos escandinavos. Al rey Ramiro I de Asturias (842-850) le habían jodido la partida de mus con los amigotes y la posterior siesta, por lo que determinó formar un ejército integrado principalmente por miembros de los Riazor Blues y, al grito de “¿Me vais a joder un día de sol, cabrones?”, les plantó cara en La Coruña (sus asesores de imagen, ante tan chusco y ordinario eslogan, coincidieron posteriormente, en sustituirlo por el más impactante “Santiago y cierra Eppppaña”, que tanto furor causaría entre los demócratas). Les levantó con la grúa municipal algún que otro drakar, les hizo pagar por lo menos los cafés y los mandó a tomar por saco al sur, recomendándoles el restaurante de un primo suyo que hacía una cataplana cojonuda en Lisboa.

La vanguardia de Ramiro I de Asturias con el rey arrodillado, en primera fila, amenazando con el cetro de don Pelayo.

La horda invasora causó grandes estragos durante trece días en la actual capital lusa, el tiempo que tardaron en darse cuenta de que, confundidos por los bigotes, estaban masacrando a las mujeres y violando a los hombres. El gobernador musulmán de la plaza fuerte, estuvo otros tantos tronchándose de la risa, pero convencido por sus asesores de que su actitud no favorecía en nada el bajo índice de popularidad que gozaba de cara a las primarias del partido, bajó de la alcazaba y los puso a esperar en la parada del tranvía 28 que lleva al barrio de Alfama donde, desesperados por ver que iban todos llenos, los noruegos regresaron a sus barcos y pusieron rumbo más al sur todavía.

Joâo Solo do Corellia do Nascimento y señora. Al final del día, uno de los dos será forzado...

De este modo alcanzaron Cádiz, lugar fortificado donde unos cachondos les dijeron a los guiris que remontaran el Guadalquivir hasta llegar a la ciudad de los “Miarma”, de los “Kiyo” o, simplemente, Isbiliya. Ragnar Rodriguesson que por entonces ya estaba hasta el cipote de vacaciones y soñaba con regresar a Oslo para pescar bacalao, tomó la decisión de pasar a cuchillo a toda la población de Coria del Río, localidad ribereña sevillana, cuando un gorrilla le rayó el drakar con unas llaves por no querer pagarle el impuesto revolucionario. Cuando se enteró de que la Feria era en abril y habían llegado en septiembre, de que allí no le vendían cerdo ni cerveza a partir de las diez de la noche y de lo que costaba la zona azul en la Sevilla islámica, enfiló para Triana con la intención de liarla parda. La ciudad, que según los historiadores progres acogía a las tres religiones en perfecta paz y buena vecindad, y según los nacionalmeseteños era un nido de traiciones y ultrajes hacia los españolísimos mozárabes, languidecía abotargada por ese tiempo que los sevillanos denominan “la caló der membrillo”, por lo que recibió estopa en forma de auditorías contables sobre los Fondos Europeos de la Junta de Al-Andalus, mientras el gobernador pillaba el coche oficial y se refugiaba en Carmona. Allí perecieron judíos, musulmanes y cristianos por igual, ya fuera abrazaditos unos a otros o apuntando con el dedo y diciendo “cárgate al puto judío/moro/cristiano primero”. Una vez más tranquilo, después de comprobar que el dinero de los industriosos vecinos comunitarios no estaba siendo malgastado en chanchullos no autorizados por Bruselas, Ragnar Rodriguesson, admirador de Jimmie Åkesson y Timo Soini, asentó sus reales en Tablada, junto a las chabolas de los gitanos rumanos, les compró alcohol y hielo a los chinos y dio comienzo a una larga tradición de macrobotellonas en la capital hispalense. El arraigado culto a las divinidades agrícolas en el valle del Betis, es la causa principal de que se coloquen en femenino multitud de vocablos. Así, no sólo tenemos botellona (en lugar de botellón), sino litrona, maricona o mamona...

Macrobotellona de 1044 en Isbiliya, con motivo del bicentenario de la primera, organizada en España por Ragnar Rodriguesson, de la que no quedan imágenes. En primer plano un guardia de la taifa.

El alcalde de la época, que era del PSOE, les dejó hacer lo que les saliera del ciruelo porque no quería que sus socios de IU le tacharan de facha autoritario y racista por tratar de emplear medidas drásticas contra unos pobres inmigrantes y por no dejar divertirse a la chavalería. De esta forma, la única actuación que llevó a cabo fue enviarles a los locales para que, por favor, les pidiera que bajaran el volumen de los Alpine, para que comprobaran el DNI de los que vendían grifa y para que, en colaboración con la Guardia Civil de Alá, montaran un dispositivo en las principales salidas del botellódromo. To pa mierda, como conocen de sobra los honestos ciudadanos que, hoy día, han de sufrir en sus carnes a los niñatos que se emborrachan en estas macro-orgías que nada tienen que ver con la sana costumbre de embriagarse dignamente en una tasca, ¡joder, ya con el puto Felipe González y el país de vagos y maleantes que nos legaron los sociatas, coño!... Esto, ejem… ¿por dónde iba?... Ah, sí. El rey Abderramán II (822-852), que era muy campechano él, se apiadó de los hispalense y envió desde Córdoba a la U.I.P. al mando del general maño Musa ibn Musa ibn Qasi, que se dedicó a hostiar vikingos como si estuviera en la previa a un derbi Real Madrid-Atlético. A los pocos que no huyeron o resultaron muertos, les obligó a instalarse en Isla Mayor y sacarse un título de Formación Profesional, que después aprovecharon para montar una cooperativa quesera, motivo por el cual actualmente Sevilla tiene uno de los quesos de cabra más caros y asquerosos de toda España.

Vestigios actuales de la presencia vikinga en Sevilla...

Ragnar Rodriguesson retornó a su Oslo natal, se divorció de su mujer, enroló a su suegra en un petrolero y se juró a sí mismo que esperaría a la jubilación para volver a España, comprarse una casita en Mijas y disfrutar más calmadamente del Mediterráneo.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Spanish Inquisition!! (La auténtica, rechace imitaciones)

Existe la Ley de Godwin según la cual, cuando en un grupo de amigos uno se pasa toda la tarde pendiente del puto smartphone aunque sea para ver cómo se actualiza el Accuweather, la conversación, invariablemente acabará incluyendo a Hitler.

Asimismo, cuando tu novia o tu hija se quitan las plataformas que han estrenado en Domingo de Ramos para recorrer descalza el pavimento de media ciudad, ese donde defecan alegremente los perros, escupen los viejos y corretean ratas y cucarachas, porque le duelen los pies, pero luego le dan asco tus calcetines sudados; cuando te invitan a la comunión del hijo mayor de un vecino que acabó zumbándose a tu primera novia mientras tú te ibas de campamento y en cuya "lista de Comunión" (hay que joderse lo tontos que nos volvió el siglo XXI),  lo más barato es la matrícula del grado de “Empresario sin escrúpulos” por la Universidad de Deusto; cuando tu colega ateo se queda sin argumentos al señalarle tú que es imposible que él vaya a pensar a una iglesia, porque lo más cerca que estuvo de pensar fue cuando aquel travelo le preguntó: “¿activo o pasivo?” y pidió el comodín del 50%; cuando una antiabortista te da la chapa mientras esperas el autobús y tú no puedes responderle porque te estás aguantando un pedo desde las ocho de la mañana y si lo sueltas te van a detener por agresión con arma blanca; cuando reclamas la castración química (o física, ¡qué coño!, vivan las tijeras de esquilar oxidadas) preventiva para todos los obispos porque el párroco le ha dicho a tu hermana que tiene un niño muy guapo, antes de ir a bautizarlo...; cuando, en fin, Hitler ya lleva un buen rato prostituido en la boca de todos los comentaristas de la versión on-line del 20minutos... ¡Es el momento de jugar la carta de la Spanish Inquisition!

 
No se me ha ocurrido nada más ingenioso que esta carta, obra original de este crack: http://mawbane.deviantart.com/

La mayoría de los ciudadanos de a pie conocen la institución eclesiástica denominada Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición, únicamente porque la han visto en Águila Roja... ¿o era en Alatriste? ¡Bah! Es lo mismo. El resto habla de oídas y con el mismo rigor y conocimiento con el que lo harían del Coco o de la auténtica precuela de Star Wars, esa que George Lucas tenía escrita desde mucho antes de rodar el Episodio IV y que su madre le tiró junto con las revistas guarras al hacer limpieza en su cuarto.

Educación para la Ciudadanía de editorial Canaya, tema 2: la princesa Leia, feminista, republicana y soberanista, padece a manos del emperador centralista PPtine.


¿Y de quién es la culpa de tanta ignorancia y desconocimiento acerca de un órgano fundamental del buen funcionamiento de nuestro país durante tantos siglos? De la archifamosa Leyenda Negra: ese maravilloso invento inglés, subvencionado por la socialdemocracia peninsular y rotundamente desafiada por el ideario nacionalmeseteño, y según el cual, los españoles somos lo peor que ha puesto Dios sobre la Tierra. Culpables de la muerte de cientos de miles de herej..., estooo..., de dulces practicantes del luteranismo; de haber expoliado toda América practicando el genocidio por el conocido método de exterminar a la población indígena como a las cucarachas, a base de polvos; de haber extendido la guerra por todo el continente europeo, obligando a nuestro vecinos a tomarse en serio un país como Holanda, donde fuman grifa, se mueven en bicicleta y hablan no sé cuantos idiomas inútiles en un territorio encharcado y cubierto de nubes todo el año; de haber matado a Jesucristo; de que triunfara el VHS sobre el Beta y de que, por haber provocado el Big Bang, ahora todo quede a tomar por culo del centro.


Sí..., de esto también fuimos culpable, para qué negarlo.

¿Qué intereses perseguían los ilustrados hijos de la Gran Bretaña al cargar sobre nuestras doloridas espaldas semejante cruz? Muy sencillo pero, deténganse un momento para deleitarse con mi exquisito metalenguaje: ¿hablamos de la Inquisición?, escribamos símiles religiosos: “cargar una cruz...” ¡Sublime! ¿Han abandonado sus húmedos pensamientos en los que mi apolínea figura, cubierta tan sólo con el yelmo que luzco en la portada les susurraba metáforas dignas de un exégeta del Antiguo Testamento? Todavía pueden tomarse su tiempo y culminar lo que han comenzado; sabré esperarles...

¿Más relajados? Bien, continuemos. Les decía que tanta inquina tiene una explicación razonable: el pueblo inglés valora la dignidad y la importancia de conservar una actitud positiva y una entereza moral a cualquier precio. Y puesto que Dios Nuestro Señor ya les castigó lo suficiente obligándoles a vivir en unas islas con un clima de mierda, hablar un idioma tan patético que Darth Vader solamente comenzó a dar miedo cuando lo dobló al castellano Constantino Romero, y encima les premió con combinaciones genéticas propias del descarte de los contenedores del Doctor Moreau; nuestros infatigables anglosajones han tenido a bien rescribir su propia Historia y, de camino, la del resto de Europa, bajo la espléndida óptica del que retuerce la paja en el ojo ajeno y se limpia el culo con el canto de la viga del propio.
  
Esto es lo que sucede cuando te invaden sucesivamente los pueblos bárbaros más feos de Europa: celtas, anglos, sajones, daneses, normandos y algún que otro invitado de Jesús Quintero.

Que conste que a mí, personalmente, la actitud del pueblo inglés o, al menos, la de sus historiadores, me parece cojonuda. Si yo voy a ligarme a una chati, lo último que le contaría es que calzo calibre pequeño, que si me tumbo en una cama de velcro me quedo allí pegao y que hice la carrera de Historia; no, desde luego, si quiero mojar el churrito en chocolate. Sin embargo, si algo caracteriza a la idiosincrasia española es la saludable costumbre de actuar conforme a una falta total y absoluta de lógica en aquellos casos donde,
a) puedas sacar algún tipo de beneficio personal y
b) la posibilidad de acabar en juerga esté presente.

Esto es lo que, bajo mi (falsa) modesta opinión, llevó a lo más excelso del pensamiento hispano, tras cuarenta años de cagalera triunfalista un-dos-hip-aro-¡Vaspaña!, a postrarse en el suelo como un vulgar lobo omega y a firmar la declaración de culpabilidad que nos habían escrito, mientras entonábamos el mea culpa y nos lamentábamos de que nada bueno nos hubiera sucedido desde que los apestosos devoradores de cerdos habían expulsado a la cultura babucha de nuestro solar conjunto-de-diecisiete-comunidades-autónomas-algunas-de-ellas-naciones-históricas-juntas-pero-no-revueltas. En cuanto la reina enemiga de Neutrex y el soberano mafioso ganaron la guerra al media hostia de Boabdil, se inició en el Estado el mayor periodo de decadencia y ruina conocido en la Historia de... (entiendan que no puedo escribir España) y que culminaba con la conquista y saqueo de las Américas (cuya peor consecuencia es poder entender a los iberoamericanos cuando te lo echan en cara porque hablan tu mismo idioma), la Inquisición, la expulsión de los judíos, la Contrarreforma, Fernando VII y el mundial del 82.


Según un historiador marxista, terrible momento en el que un sacerdote español, pederasta y amigo de Camps, rocía con ácido de batería de coche a una madre indígena por intentar denunciarle.

A esta alegre corriente de pensamiento progresista se opuso, después del golpe de Estado del 96, perpetrado por la Razón y el Mundo, la máxima revisionista promovida por el aznarismo nacionalmeseteño que propugnaba que, si ESPAÑA (ahora sí, con mayúsculas) iba bien, sería porque lo que contaban de nosotros era pura mentira envidiosa, engordada por los agoreros de la derrotada siniestra expañola. La Leyenda Negra pasaba a dejar de ser un dogma de fe impartido en los recintos de enseñanza pública por profesores drogatas y acomplejados que, de chicos, ellos se quedaban los últimos cuando se rifaban los equipos de fútbol y ellas... bueno, lo que quiera que hicieran las niñas mientras nosotros jugábamos. Anticlericales, antimilitaristas, antipatriotas, anti cualquier cosa que sea divertida, claro. Esos que pensaban que lo ideal era habitar un mundo pacífico, consensuado y solidario... ¡Vamos, una puta mierda donde lo más parecido a una peli de acción podría ser Cristal Oscuro! No, en la boca y la pluma de los nuevos intelectuales, con la desaparición de la excepcionalidad que había supuesto durante ocho siglos (ná, una tarde de domingo mal echá) la ocupación musulmana de la tierra de Santiago y María Santísima, daba comienzo a un periodo glorioso, solamente oscurecido por los infructuosos intentos de la extrema izquierda de jodernos la fiesta, ya fuera en Rocroi, durante la invasión franchute, con la Iª República comunista, con la IIª República judeomasona y con el reinado del señor X y los GAL.


Según historiadores nacionalmeseteños, una prueba evidente de que la Sanidad Pública no es patrimonio de la socialdemocracia. En la imagen, consulta de fisioterapia y rehabilitación en un centro de la Consejería de Salud de la Comunidad de Madrid allá por el 1646.

Se preguntarán ustedes entonces, “¿en qué quedamos?” Y yo, gustosamente les respondo: “¿Lo qué?”

Los hechos históricos que componen la Leyenda Negra son todos verídicos, lo que pasa es que están muy mal contados, con poco arte y mucha mala leche propia de países donde el sol es eso que cuelga del cielo los días que toca hacer inventario de nubes y niebla. Además, que nuestros queridos antepasados hayan sido unos hijos de puta macerados con aceite al ajo, reducción de hiel y espuma de rabia homicida, no convierte al resto de habitantes del apéndice fálico del continente asiático en sesudos hombres de letras. Lo mejor es seguir a rajatabla la teoría Pérez-Reverte: compro toda la mierda sobre nosotros si admitimos inglés como sinónimo de cabrón. Y ahora, para que comprueben que no odio a los albionitas, aquí tienen una de mis citas preferidas de la lengua de Shakespeare: Fuck yeah!

Por tanto, queridísimos lectores, para que ustedes no se sientan más perdidos que Moisés en el desierto (vuelvo a deleitarles, ¿eh?), Páramon Jístori tiene a bien explicarles uno de los greatest hits del billboard de la Black Legend, junto al doble LP de reaggeton “Spanish Conquistadores”. No obstante, yo no voy a detallarles un proceso judicial de la Inquisición, ya que de ello se encargará próximamente el Ministerio de Justicia. O Telecinco si es que le toma la delantera y se decide a llevar a las pantallas la gran producción de Páramon Jístori TV: La Noria, Autos de Fe.


- Reunido el Consejo de la Suprema y General Inquisición, se dictamina que: debe abandonar la Casa, la criptojudía Belén Esteban.
- Se la condena a morir por ingesta de jamón serrano.






Comencemos por uno de los acontecimientos que, primeramente, se relacionan con la actividad funesta de la Santa Inquisición Española®: la expulsión de los judíos.

Ustedes habrán oído, escuchado, leído y hasta visto, toda suerte de noticias acerca de este hecho histórico fechado en el señalado año de 1492 y que los cronistas perroflautas tachan de catástrofe para el futuro de la Formación Profesional Ocupacional (perdimos a tantos y tantos artesanos que ahora no hay quien encuentre a un auténtico profesional), para la Alianza de Civilizaciones (se fueron los próceres del diálogo -armado- entre las tres culturas) y para la banca española (ahora Botín sería el dueño del mundo y lo de Bankia no habría sucedido jamás); pero que la intelectualidad nacionalmeseteña minimiza en sus consecuencias con un elocuente: “mejor para ellos haber sido expulsado entonces, así se libraron de que hubiera que exterminarlos después, en el 36”. Sin embargo, se lo expliquen como se lo expliquen, siempre estarán ante una visión sesgada y demasiado compleja del problema.

Todo este follón lo habrían entendido antes si se lo hubieran explicado de una forma sencilla y amena…; tal que así:

La nueva editorial Tanto monta, monta tanto, estaba dispuesta a relanzar el proyecto España: el juego de rol, que había creado siglos atrás el amiguete Leovigildo Gygax con unos colegas de farra, hartos de los wargames de romanos. Los herederos de la franquicia, se habían dedicado a los naipes y las furcias, y los jeques que presentaron la opa hostil en 711 no estaban por la labor pues, como ustedes saben, el Islam prohíbe la representación de la figura humana y claro, ¿qué es un juego de rol sin ilustraciones?: un triste trabajo de fin de máster, no más. Por eso, sus católicas majestades Isabel de Castilla y Fernando de Aragón (la guarra y el calzonazos según la histoire évènementielle), ante el sindiós que suponían la multitud de ediciones pirata del juego, los suplementos de clanes, profesiones, bestiarios y demás, cortaron por lo sano y se quedaron con el libro básico. De esta manera, a partir de 1492, cuando uno se creaba un PJ (personaje jugador para los que no entiendan la jerga friki-rolera), solamente podía elegir cristiano básico astur-galaico, cristiano básico castellano-leonés, cristiano básico navarro, cristiano básico aragonés, cristiano básico antes conocido como judío y cristiano básico musulmán de momento, chato. Todos ellos tenían una sola profesión: siervo de Caín. Era lo que había; nada de “yo me hago un médico, yo un comerciante levantino, yo un euskal elfo, yo un sureño sin profesión…” Puñetazo en la mesa y, al que no le gustara, ahí tenía enfrente al Tribunal del Santo Oficio que te echaba de la partida rápido.

- Tú el bárbaro, tú el arquero...; acróbata, mago y el caballeroooooo... Dragones y Mazmorras...
- Hay que ver, Alvar, con lo que fue su padre y lo friki que ha salido Alfonsito...
- Calla, Shlomo y sigue con el riff ese de vihuela to guapo...

La segunda cuestión peliaguda respecto a nuestra longeva institución es el temita de las brujas y de las hogueras. El que, con diferencia, más gusta entre los anglosajones de uno y otro lado del océano. Esos españoles cetrinos, vestidos de negro, sonrientes y babeantes de placer mientras las llamas consumen a pobres inocentes acusados de delitos horrendos y prácticas abominables como rechazar un tinto de verano, almorzar antes de las tres de la tarde, hablar en voz baja, no gustarle el fútbol, votar a un partido diferente a PP o PSOE, pagar facturas con IVA, hablar bien un idioma extranjero, leer libros… Todo burdas mentiras porque, cualquiera que haya nacido dentro de las discutidas fronteras ibéricas, sabe que un español nunca trabaja sonriendo.



Esta obra debió titularse: Así trabajamos los españoles.
Sin duda el maestro Berruguete trató de captar en este lienzo la desidia, el tedio y el aburrimiento que rodeaban a cualquier proceso inquisitorial. ¡Si hasta hay un tipo sobado en primera fila! Los únicos que corren deben ser de una subcontrata extranjera, si no, no se entienden las prisas.

Aquí, de lo que los pecan nuestros amigos herejes es de haberse pasado de listos y al final ser los más tontos. Mientras nosotros dilapidábamos los dineros públicos en mantener una infladísima administración de justicia paralela a la civil, para poder enchufar a los de siempre, con unos resultados más que mediocres; los luteranos, calvinistas, anglicanos y demás criaturitas que no saben diferenciar a la Virgen del Carmen de la Inmaculada Concepción, desde un primer momento dejaron el tema de las hogueras a la iniciativa privada y se empecinaron en acusar de brujería a toda mujer que hubiera escapado de las garras de la funesta maldición genética septentrional, empleando el sortilegio de artes nigrománticas “estar buena”. Con esta mentalidad no es de extrañar que, cuando se decidieron a cruzar el charco para colonizar Norteamérica, se llevaran a sus legítimas esposas… Como dirían ellos: LOOOOOSER!


Si prefiere quemar a las brujas de la izquierda, usted no merece comer tortilla de patatas nunca más.

En fin, poco más queda por contar. La Inquisición Española se convirtió en un chiringuito perpetuo más de nuestra corrupta piel de toro y solamente fue abolida cuando ya tenían preparado el siguiente: los partidos políticos. Aunque esa ya es otra historia. A pesar de todo, no podemos olvidar que gran parte del éxito de dicha organización fue la estructuración de una jerarquía bien definida, el reparto de funciones y la existencia de un procedimiento administrativo bien desarrollado; para que luego digan que los funcionarios españoles no trabajan bien. A ver si toma nota nuestro gobierno y, en lugar de tanto privatizar, pone todos los servicios públicos en manos de la Iglesia de una vez por todas.

Amén.

sábado, 13 de abril de 2013

Efemérides

En el día de hoy celebramos la festividad de San Hermenegildo, un numetalero, rolero y heterosexual criado en la Meseta que, harto de escuchar a su padre Leovigildo decir lo bueno que eran los Maiden, Led Zeppelin, AC/DC y los Barón Rojo, y de lo pelota que era su hermano Recaredo que le bajaba los mp3 de heavy clásico a su padre del Visigotorrent, decidió, aconsejado por su mujer Ingunda (una merovingia amante de Lacuna Coil, Nightwish y demás moñadas) y por los canis y capillitas de Sevilla al mando de Leandro (primer manager de Cantores de Híspalis), proclamarse rey del rock en la Bética.
Su padre bajó de Toledo con toda su banda de moteros, los Gothic Survivor, cerró los bares de flamenquito de Itálica y Osset (San Juan de Aznalfarache) que habían proliferado por la permisividad de su hijo, les cortó el suministro de Cruzcampo y, finalmente, aprovechando un partido de fútbol amistoso con Bizancio, tomó Hispalis. Hermenegildo se rindió a su hermano Recaredo en Córdoba, adonde había huido a refugiarse con los hispanorromanos de Nuevas Generaciones y patillas de hacha que lo habían acogido.
Las crónicas de patilla ancha defienden  en todo momento a Hermenegildo, del que llegan a decir que cambió las camisetas de Blind Guardian por castellanos, polo y pantalón de pinza; se hizo hermano mayor de nosecuantas hermandades hipalenses y desafió a su padre llamándolo jipi. Por su parte, otras fuentes históricas contemporáneas al hecho histórico como el Kerrang, la Metal Hammer e incluso Rolling Stone, aclaran que "en oyendo el sordo clamor de las monturas de los fedatarios del rey [del metal] Leovigildo, el rebelde Hermenegildo vació sus intestinos sobre la regia vestimenta cortijera (...)". También se afirma que Recaredo aconsejó a su hermano que le pidiera perdón a Leovigildo prometiéndole que iba a quemar todos sus CDs de Ramnstein; pero finalmente lo mandaron ejecutar por afirmar que Txus de Mägo de Oz era el mejor batería de heavy metal de toda Hispania.
A pesar de tanta sangre derramada, a la muerte de Leovigildo, Recaredo colgó la chupa de cuero y se dedicó al indie; también fundó la SGAE y la puso en manos de los hermanos Leandro e Isidoro. Fue el fin de Arriano Records: el fin del metal peninsular y el advenimiento del pop "Canto con voz de asco y necesito un logopeda".
San Hermenegildo en éxtasis escuchando a
Evanescence. Debajo su padre se lamenta por haberlo enviado de erasmus a Uppsala.

viernes, 29 de marzo de 2013

La “Papa Gloriosa”

Es curioso cómo un acontecimiento, a través del relato de sus testigos o de los testigos de los testigos, puede acabar siendo otro muy distinto. Es lo que sucedió con un colega nuestro, el Jesús, muy buena gente, que salió de parranda con sus shurmans, la pilló doblada y se puso la mar de simpático con todo el mundo, cumpliendo al pie de la letra ese tipo de tajá que conocemos como “filosófica”, en la que tu amigo se pone a citar a Jim Morrison o, con mucha suerte, a Enrique Bunbury, y le da el coñazo a la peña toda la noche con el doble sentido de la canción The End (o en su defecto La chispa adecuada). Lo que pasa es que, generalmente, el resto de la cuadrilla lleva un nivel de sangre en alcohol similar al filósofo, con lo cual todo es más cachondo y productivo.

- Va a ser cosa de la mierda que estoy fumando, Niels, pero creo que acabo de pillar el principio de Prometheus.
- No me jodas, Albert. Los judíos es que sois muy impresionables, coño. El otro día me juraste que el final de Perdidos te había parecido cojonudo...
- Es que a mí, todo ese rollo me llega muy adentro, tío...
Bueno, pues nuestro colega Jesús, como digo, tuvo una noche de escándalo: lo fueron a buscar al keli los camellos; se metió en un local gafapasta y desmontó el cine iraní y a Truffaut utilizando frases de la primera trilogía de Star Wars -que ya hay que tener mérito-; le dio la tabarra a una prostituta y la convirtió en auxiliar de clínica; convenció a un portero de discoteca para que los dejara pasar siendo todos tíos y con pintas; hizo el mayor sinpa de la historia después de haber invitado a kalimotxo a toda una boda; reanimó a un yonki que estaba más pallá que pacá; expulsó a los vendedores ambulantes de los alrededores de un corteinglés... Y mil anécdotas más.

Expulsión de los jipis del Duque. Jan Ignatius van der Zoidek.
El colega Jesús acabó en un seminario pero sus hazañas perduraron en el imaginario colectivo mucho tiempo después de que abandonara la teología de la liberación. Pero, como podemos imaginar, el relato de lo ocurrido ya no tenía tanto que ver con lo que realmente había pasado.

Si le preguntabas directamente a alguno de los camaradas de juerga, te soltaban, entre risas y cierto bochorno puntual, retazos completamente deformados de lo que habían vivido, porque después de que la resaca pulsara aleatoriamente el botón “delete” del cerebro, no se acordaban de mucho: que si el yonki estaba muerto cuando el Jesús lo reanimó, que si los pillaron los municipales y al Jesús le dieron una paliza por resistirse pacíficamente, que si el Jesús cruzó una fuente sin mojarse, como los ninja... Pero el resto de sus conocidos, supimos de aquella “madre de todas las juergas” gracias a otros que no estuvieron en ella.

Primero por Mateo, que fue el portero de discoteca al que el Jesús le enseñó los calcetines blancos y las Reebok y, aún así, le dejó pasar; según él porque «tenía cara de buena gente y porque me soltó un billete de 20 lauros diciendo algo así como “al César lo que es del César y adiós muy buenas”, el muy crack». Mateo había terminado la EGB con mucho trabajito y en el nocturno, por lo que tampoco es que te enteraras mucho de lo que te contaba, aparte de repetir constantemente que el Jesús era un tío estupendo, según sus propias palabras «un puto Mesías», recalcando que «llegaría muy alto».

- ¿A que te meto una guaya, Mateo? ¿"Ola ke ase", le dijo Jesús a San Juan Bautista?
Luego estaba Juan, al que todos llamaban el Marcos, porque se parecía a Amedio. Este cachondo trabajaba de administrativo en la notaría que el mejor amigo del Jesús había montado aprovechando el enchufe de la familia. Pero después, el Marcos, puso un negocio de hostelería en Venecia y se montó en el taco. Cuando le preguntabas por la noche de la papa, siempre te contaba las anécdotas que le había oído a su jefe, imitando su acento con la poca gracia que caracteriza a un español imitando el latín clásico: «il Maestro», así llamaba al Jesús su colega Pedro Simonetti, alias “Puto-gallo-chivato”, «il Maestro era un uomo di palabra: nos invitó a tutti a chenare pero al final lo pillaron los segurati de un Vips porque la montamos gorda y nos mangamos algunos libri guarros de la Taschen, y entre ellos y los maderos, lo crucificaron...». Según el Marcos, su jefe fue una “maricona”, porque le dijo a los de Prosegur, a los pitufos y al juez de guardia que no conocía al Jesús y que él no había mangando los blurays de Avatar.

San Marcos cuadrando el balance de la trattoria.
Al Lucas mejor no echarle cuenta: un tío que se pasa todo el día imitando a Chiquito no es una fuente seria para el conocimiento de unos hechos del calibre que estamos tratando. Era experto en citar al Jesús con coletillas como «¡Por la Gloria de mi Padre...!; ¡Pecadorl!; ¡Finstro sessuarl!; ¡No te llamo Trillo por no llamarte Rodrigo...». Esta última en clara referencia al gabinete del gobierno que reinaba en aquella época. Te ríes con él, pero tufa todo a trola que te cagas.

Muy de fiar no parece, no...
Así, nos queda el otro Juan... Cuidao con este... Imaginaos un grupo de pintas mezcla de los fans de Barricada y de los Maiden; las delicias de “los romanos” y del nuevo ministro del Interior, vaya. Bueno pues Juanito, “er Shico”, nos había salido gótico... De negro y encajes, el pelo cardao y con Frank Miller como humorista de referencia. Este iba con el grupo porque le caía bien a la madre del Jesús, no nos engañemos. Pero no encajaba, no. Todo el grupo tiraba generalmente de birra y porros; Juanito bebía vino tinto con absenta. El Jesús se ponía contento y cantaba a pleno pulmón Vamos muy bien de los Obús; el niño se ponía el walkman y se chutaba algunos fandagos de los Cure. Jesús y los colegas hablaban de prepararse oposiciones y currar de funcionarios; Juan murmuraba por lo bajini que no había futuro y que nos preparáramos para el Apocalipsis socialdemócrata... Hasta Judas, que era el tío más hijoputa del mundo y el que avisó a la seguridad del Vips para poder largarse él con treinta CDs de Falete, caía mejor que Juan. Claro que, después, se pusieron de moda los grupos “oscuros” y malrolleros y éste se forró escribiendo letras para el metal gruñido-sinfónico. Daba gusto verle en los estudios de grabación, rodeado de ateos confesos y predicando la “Papa Gloriosa”.

-Mmmmm... A ver, a ver:
"Reach out and touch faith
Your own Personal Jesus
Someone to hear your prayers
Someone who cares..."
- De lujo. Esta se la enviais a los Depeche.

domingo, 24 de marzo de 2013

Hidalgos vs. samuráis

Existen diversas fuentes que atestiguan enfrentamientos entre los europeos que, por un motivo u otro, habían llegado hasta el archipiélago de Cipango y los guerreros autóctonos de la zona. Acerca de los mismos han corrido ríos de tinta impresa o virtual para posicionarse junto a uno u otro bando. Esgrimiendo (no pun intended) razones lógicas o espúreas, los apasionados del caballero occidental y los forofos del samurái japonés han pretendido siempre arrimar el ascua a su sardina y tapar la boca del contrario con el famoso argumento-babucha: te cierra el pico por puro asco.
En Páramon Jístori huímos de prejuicios, tópicos y verdades absolutas, y preferimos remitirnos, en la medida de lo posible a las fuentes primarias.
En esta ocasión ofrecemos un documento inédito sobre este controvertido tema. Procede del Archivo Histórico Nacional de Burundi y fue descubierto casualmente por un grupo de investigadores catalanes que trataba de demostrar que el almogávar es el personaje de recreación definitivo, por encima de templarios y vikingos. Los hechos tuvieron lugar en el puerto de Nagasaki, el 24 de junio de 1551, después del Telediario.

Sin más preámbulo...


[Activen los subtítulos si no lo están por defecto]

 

jueves, 24 de enero de 2013

Páramon Fótograf Guorl Guar Secon

En Páramon Jístori nos encanta ilustrar grandes momentos de la Historia no sólo con palabras, sino también con imágenes, por aquello de que una imagen vale más que mil palabras y porque hay mucho indocumentado que no se lee ni los emoticonos de los Guasap que les envía su churri...

Por ese motivo, con ustedes, la primera (y probablemente la última) entrega de Páramon Fótograf Guorl Guar Secon. Que la disfruten.


 -¡¡El día 1 de septiembre os quiero a todos en Polonia!! He colgado el evento en Facebook. Al que pinche en "No asistiré" o "Puede que asista", me lo follo; literalmente...
 


-¡¡El último en invadir es un subhombreeeeee!!



 -Entonces, ¿en qué quedamos Mohamed? ¿El resto de las SS lleva estos gorros ridículos o no?
-Pues, sinceramente, Ali, ni idea; estos hijoputas lo han escrito todo en alemán.



-Ese me ha mirado mal...
-¿Quién, mi Generalfeldmarschall?
-El bajito.
 -Es su suegra, mi Generalfeldmarschall.
-¡Ah! En ese caso, envíela al Frente Oriental.
-A sus órdenes, Generalfeldmarschall.



-Fritz, dile a tu colega que aligere con el Istagram, que se me congelan las pelotas y los rusos van a empezar a zumbarnos en breve.
- Un auténtico eorlinga de Rohan no teme al frío ni a los enemigos, querido Helmuth.
- Führer bendito, me ha tocao el más tonto de la Wehrmacht...



-Luego, a la hora de etiquetarnos, verás tú el show...



Miembros del 25º Ejército japonés tras recibir la noticia de que les había tocado la Lotería del Niño en enero de 1942. Lamentablemente, ninguno pudo cobrar el premio ya que el sargento Hiroda (con gafas y sable en alto), falleció en una emboscada del ejército aliado a las puertas de la Administración de Loterías La Bruixa D'or.



 Prisioneros de guerra británicos declarados en huelga de hambre en un campo japonés en Malasia.  Protestaban porque el intérprete del Ejército Imperial de Japón acusaba un fortísimo acento gibraltareño. "No se rinde uno como una maricona ante estos monos amarillos para que te humillen de esa manera", declaró el capitán Steelball (en primera fila, con gayumbos raídos) tras su liberación.



-¡Pscht!, ¡pscht!
-¿Ein? ¿Qué?
-Que te ha sonao el móvil.
-¿El mío?
-No, el de Wilson.


-Yo le juro, sargento mayor, que cuando subí la colina estaban los tres japos muertos y uno de ellos agarraba un DVD pirata de The Ring...



Carril VAO en la ruta Berlín-Stalingrado. Los planes de austeridad del gabinete Merkel se cumplen a rajatabla.



-Y tú, ¿por qué te has alistado al Ejército Rojo?
-¿Yo? Por la gorra; que mola mazo.
-¿Y tú?
-Yo también por la gorra, jijijiji...
-Jijijiji... ¡Tía, tía, qué vergüenza, tía!


- ¿Qué, quéeeeeee?
-Lo que oye, señor oficial americano: nosotros nos rendimos ahora y ustedes luegos nos dejan participar todos los años en el desfile de la Victoria de los aliados.
-¡La madre que os parió a los italianos!



Miembros de la 101 División Aerotransportada estadounidense muestran una bandera capturada en el local de los hinchas del Real Madrid en Argüelles.



-Ten cuidao tovarich, a ver si te vas a matar ahora, con el trabajito que ha costado llegar hasta Berlín.
-Sergei, agorero, ¿de qué parte de Alemania me dijiste que era tu madre?